El escándalo sexual protagonizado por los agentes de seguridad de Obama en la pasada cumbre en Cartagena, ha tomado ribetes desproporcionados, lo que al comienzo parecía ser una falta, la mala conducta de unos agentes que tan solo querian hechar unas canitas al aire, pasó de convertirse en tema de controversia a tema de investigación por parte del gobierno de EEUU, en donde la seguridad de este país ha quedado en juego, por demás en ridículo. Combinar el trabajo con el placer nunca ha sido una buena decisión. Históricamente, la mujer ha sido una pieza clave, una ficha de ajedrez en el complicado mundo del espionaje. Las trabajadoras sexuales implicadas en el asunto han sido interrogadas y unas de las preguntas obligadas para ellas es responder si en algún momento se quedaron solas en la habitación a donde fueron llevadas por algunos de ellos, o tuvieron acceso a los computadores de los funcionarios implicados. No creo que sea para tanto, ellas solo querían ganar dinero en el trabajo que desempeñan y éste fue el tema que precisamente desató el escándalo: al parecer unos de los agentes no pagó la suma acordada y la chica en cuestión fue a reclamar lo que originó el conocimiento del hecho por parte de los superiores de los agentes. Una aerolínea estadounidense promocionó a Cartagena como destino turístico adicionando en su mensaje una clara alusión hecho, en la imágen se aprecia un hombre con aspecto de agente de seguridad rodeado por chicas que promueven su cuerpo, publicidad que causó la protesta de la canciller colombiana, al parecer la publicida fue retirada. Algunos agentes fueron despedidos, otros están siendo investigados. Lo que solo se trataba de una canita al aire se convirtió en un escándalo al aire de proporciones mayores.
Llegada del personal de seguridad de Obama
Donald Trump ha hecho todo lo posible por no ser presidente de Estados Unidos, nunca se ha visto en la historia de la política mundial y menos de Estados Unidos que un aspirante a la presidencia en vez de ganar adeptos para su campaña, de sumar simpatías, haga todo lo contrario: Los deseche. Es como si tuvieras tu casa llena de simpatizantes y los echaras de tu casa uno a uno o peor: en grupo. Por pura estrategia, un aspirante a un cargo tan importante y tan expuesto a la opinión pública como este debe echar mano de todos los recursos que los favorezcan y es más que positivo hacer las paces con todo aquel con el que haya podido tener diferencias en el pasado y arrancar la campaña con una imagen amable, tolerante y dispuesta. Si aspira ser nada más y nada menos que el presidente de una nación seguramente va a escuchar quejas, recibir propuestas, lidiar con oposiciones, y que mejor sino decirle al pueblo que puede elegi...
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